Inevitablemente, construimos acciones por encima de bases
movibles, aquellas que en oportunidades una brisa de tarde puede destruir sin
dejar nada a su paso.
En la última actividad realizada, me encontré con
experiencias alentadoras, observar el diseño majestuoso que resulto, de tan
dedicado esmero proporcionado por el “todos”, sin duda alguna trajo a mi mente
muchas situaciones que podrían en el mundo ser resueltas de manera conjunta…
Por otro lado, observe con detenimiento, que esta actividad podría
representar gráficamente el gran Estilo del Castor, según la obra literaria leída
recientemente. Donde todos hacían el trabajo que debían realizar, sin criticar,
orientar, ni reparar en lo que otros hallan dispuesto a lo que se consideraba
su conveniencia, ya que la meta propuesta era una sola y fue cumplida. Y justo
allí, recordé como en la actividad anterior, donde debíamos armar los
rompecabezas, podría asociar con el Estilo de la Ardilla, donde el trabajo vale
la pena. Todos hacíamos el trabajo con la importancia que ello ameritaba. Y en
este momento, me percato que la recompensa (que inconscientemente falle, sin
intención pero con responsabilidad por el error), complementaría el gran acto
de gratificación… tal como lo expresa el Estilo del Ganso. todo me llevo a la conclusión de que aun sabiendo cual debería ser nuestro trabajo y participación, las experiencias, ideas, y visiones del resto del grupo, puede aportar grandes y oportunas ideas.
Fallar no me hace más fuerte. Tampoco me debilita, me hace
reaccionar ante los grandes aspectos que un líder debe desarrollar para para mejorar
en los ámbitos de la vida, por ende, aprender debe ser el camino que deba
recorrer, y no el del arrepentimiento.
Para concluir una serie de ideas que surgen repentinamente,
es apropiado reconocer que la experiencia impartida desde un púlpito ecuánime y
bidireccional que fue dirigido por el Profesor Pedro Hernández, debe ser
elogiado en mi perspectiva, ya que encontré las más variadas debilidades que
podrían en algún momento de mi vida, desorientarme en el camino que debo
trazarme. La experiencia recibida por parte de todo el grupo con el cual he
compartido, y donde los considero realmente engranado en su diversidad de
caracteres y personalidades, me he enriquecido de sus conocimientos y experiencias
divulgadas, gracias a ustedes, porque hacen mas amena y nutrida todas y cada
una de las clases que hasta el momento hemos cursado.